1. Los protagonistas de Los exploradores del cosmos son un grupo de cinco amigos muy diverso. ¿Cómo ha sido crear a tantos personajes al mismo tiempo? ¿Qué características destacan en cada uno de ellos?
Crear un grupo de amigos ha sido un proceso muy interesante y divertido, especialmente al dar vida a los personajes del libro infantil Los exploradores del cosmos. Desde el principio quise que cada personaje tuviera una personalidad diferente, que refleja diversidad y formas de ser distintas, para que cualquier niño o niña que leyera la historia pudiera sentirse identificado con alguno de ellos y conectar más con la aventura. Gara fue el primer personaje que imaginé: es la más valiente del grupo, siempre va un paso por delante, liderando sin miedo y apoyando a sus amigos en todo momento. Leo, en cambio, es tímido y reservado al principio, pero cuando lo conoces bien, es como si fuera otra persona. Es el más cuidadoso del grupo… ¡y odia la suciedad! Airam es ese amigo que siempre consigue sacarte una sonrisa, ya sea en los buenos o en los malos momentos. Marta es la más lista y aplicada; si tienes una duda en clase, ella es la persona a la que acudir. Siempre lleva su pequeña libreta de apuntes a todas partes. Y por último, pero no menos importante, está Pedro, un soñador nato. Siempre está en las nubes, imaginando nuevas aventuras y exploraciones; le encanta buscar aves y organizar expediciones.
2. A pesar de sus diferencias, los exploradores comparten una amistad fuerte e inquebrantable. ¿Cómo consiguen tener un compañerismo tan alto, pese a ser tan distintos? ¿Qué valores definen su relación?
Creo que precisamente son sus diferencias lo que hace que el grupo funcione tan bien. Cada uno aporta algo único y esencial. Si faltara uno, se notaría. Juntos se complementan. Para ellos la amistad es un valor fundamental. Se apoyan cuando algo no sale bien, están presentes en los momentos difíciles y celebran juntos los logros. La empatía, el respeto y el trabajo en equipo son los pilares que sostienen su relación.
3. Aparte de los protagonistas de la historia, otro aspecto clave de la obra es que se trata de una aventura especial. Los personajes exploran un mundo lleno de estrellas, planetas y constelaciones. ¿Por qué decidiste darle esta ambientación a la novela?
Desde siempre me ha fascinado el universo. Donde vivo, por suerte, hay muy poca contaminación lumínica, así que muchas noches se pueden ver cientos de estrellas. Esa conexión con el cielo me inspira a imaginar qué habrá más allá, qué historias se esconden en el espacio. Quería que los niños y niñas mantuvieran esa curiosidad, ese deseo de explorar y preguntarse cosas. Por eso decidí situar la historia en un entorno estelar, lleno de posibilidades, para que ellos también pudieran soñar con lo desconocido.
4. Debido a la ambientación de la obra, se explican algunos conceptos relacionados con las constelaciones, las estrellas y las leyes de la física del espacio. ¿Cómo has introducido estos temas de forma que puedan ser entretenidos para los jóvenes lectores? ¿Qué beneficios pueden obtener de aprender sobre el cosmos?
Intenté que el aprendizaje se diera a través del juego. Utilicé adivinanzas y acertijos que invitan a pensar y divertirse al mismo tiempo. Creo que el juego es una de las mejores maneras de aprender, sobre todo en la infancia. Además, conocer el universo ayuda a despertar la curiosidad, el pensamiento crítico y la imaginación. Entender, aunque sea de forma sencilla, cómo funciona el sistema solar o por qué brillan las estrellas, hace que los niños se sientan parte de algo más grande, de ese cosmos del que todos venimos.
5. Los personajes no solo tienen que hacer frente a un mundo que desconocían hasta el momento. También tienen que enfrentarse a varios desafíos, al mismo tiempo que resuelven acertijos. ¿Cómo creaste estos enigmas? ¿Tuviste alguna dificultad a la hora de darles forma?
Desde el principio tenía claro que la historia debía incluir retos. Al fin y al cabo, ¿qué es una aventura sin obstáculos? La idea de los enigmas surgió como una forma de mantener el interés capítulo a capítulo. Quería que en cada uno apareciera un nuevo acertijo, algo que los lectores pudieran intentar resolver también. La dificultad estuvo en encontrar ese equilibrio: que fueran sencillos, pero que hicieran pensar. Escribir para un público infantil implica ponerse en su lugar, pensar como un niño, y eso a veces es más complejo de lo que parece.
6. Eres tanto la escritora como la ilustradora de la obra, ya que tu formación siempre ha girado en torno a la ilustración. ¿Cómo has compaginado ambos procesos? ¿Te centraste primero en uno de ellos o fueron desarrollándose complementariamente?
Al principio, mientras cursaba uno de los talleres de Gusanillo, compaginé ambos procesos. Sin embargo, más adelante decidí centrarme primero en la escritura, ya que era un terreno nuevo para mí y quería hacerlo lo mejor posible. Una vez la historia estuvo más asentada, comencé a trabajar en las ilustraciones, al mismo tiempo que íbamos puliendo el texto. Fue un proceso en paralelo, donde cada parte fue nutriendo a la otra.
7. Las ilustraciones de Los exploradores del cosmos son cautivadoras y muy detalladas. ¿Has tenido que adaptar tu estilo de dibujo para el público infantil? ¿Cómo ha sido dibujar conceptos tan abstractos como las constelaciones y las estrellas?
Sí, tuve que hacer algunas adaptaciones, sobre todo al principio. Al diseñar a los personajes, me di cuenta de que parecía que eran más mayores de lo que quería representar. Tuve que infantilizarlos un poco para que se ajustaran mejor al público infantil. En cuanto a ilustrar elementos del cosmos, no fue complicado. Son temas que ya había trabajado antes en mis ilustraciones, y me siento muy cómoda con ellos. Me gusta representar el espacio de una forma visualmente atractiva, que invite a imaginar y explorar.
8. Este es el primer libro que publicas, pero anteriormente ya habías hecho las ilustraciones para el cuento de otra autora. ¿Qué diferencias has encontrado entre ambas experiencias? ¿Cómo te ha servido haber trabajado en un libro ajeno anteriormente a la hora de crear el tuyo?
Ilustrar para otra persona implica cierta limitación: puedes aportar ideas, pero no tienes la misma libertad creativa que cuando el proyecto es tuyo. Aun así, fue una experiencia muy valiosa. Me ayudó a entender mejor los tiempos, a organizarme y a desarrollar una mirada más crítica sobre el proceso editorial. Cada proyecto te enseña algo nuevo, desde lo técnico hasta lo emocional.
9. Ahora que el libro ya lleva un tiempo a la venta, ¿qué reacciones has ido obteniendo de él? ¿Recuerdas algunas palabras que te hayan dicho uno de sus lectores?
Las reacciones han sido muy positivas, y estoy profundamente agradecida por todo el apoyo que he recibido. Sin esas personas que me animaron desde el principio, el libro no estaría donde está hoy. Una de las experiencias que más me marcó fue durante la Feria del Libro de mi isla. Una niña se me acercó y me dijo que ya había leído el libro desde que lo compró en una firma el mes anterior, que le había encantado… ¡y que quería otro! Ese tipo de momentos te llenan el corazón. A veces no valoramos del todo lo que hacemos, hasta que alguien te lo devuelve con tanta ilusión.
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